La desilusión de la predicción del tarot

¿Tuviste una lectura de Tarot y lo que te dijeron no ocurrió finalmente?

¡Qué bueno! Me alegro por ti, por la siguiente razón.

La verdad es que experimentar que una predicción no ocurra es una tremenda oportunidad. Principalmente, es una oportunidad para dos cosas: 1) para darte cuenta que realmente no todo está escrito y que lo que vemos como proyecciones pueden tanto ocurrir como no ocurrir y, 2) para que comiences a enfocarte en lo importante, que es mirarte y explorarte hoy, y no en tratar de aplacar tu ansiedad con una predicción de futuro que te guste y que sea lo que quieres escuchar en ese momento.

Es cierto que con el tarot se puede mirar al futuro, pero sólo como proyección.

¿Qué quiere decir esto? Que no es posible hacer predicciones sin caer en el juego de la apuesta. Lo que hoy se proyecta puede ocurrir siempre que se mantengan invariables las condiciones que hoy la proyectan, porque cualquier cambio de las circunstancias cambia el curso causal del impulso y de la acción que proyectaba ese resultado.

Las proyecciones sirven cuando nos permiten ver hacia adelante qué es lo que se aproxima, con la finalidad de mirarnos hoy y descubrir hacia dónde y cómo estoy dirigiendo mi vida y evaluar qué aspecto es necesario que trabaje en mí, ya sea para manifestar esa proyección  – si es lo que deseo y me hace sentido -, o para cambiar el rumbo – si no es algo positivo -.

Por eso, todo esto implica compromiso de nuestra parte de trabajar en nosotros, de hacernos conscientes de que todo lo que vivimos es nuestra responsabilidad.

Cuando le pedimos al tarotista que nos muestre qué es lo que va a pasar esperando una predicción, estamos entregando esa responsabilidad. La verdad es que todo lo que viene depende de ti. Esto no quiere decir que todos los sucesos los podemos elegir porque, claramente, hay cosas que no podremos nunca controlar, hay lecciones que aprender por causalidades pasadas y con mayor razón cuando hay otras personas involucradas.

Lo que quiero decir con que lo que venga en el futuro depende de ti, es que la manera en que vivimos nuestras experiencias tiene que ver con cómo reaccionamos ante ellas y la capacidad que tenemos de tomar decisiones que nos permitan capitalizar cada situación a nuestro favor, ya sea manifestando bendiciones en nuestra vida y/o aprendiendo lecciones que forjen nuestro carácter y nos ayuden a madurar.

Por eso, si en una tirada de tarot preguntas cómo vienen los próximos seis meses y salen cartas maravillosas, eso tampoco quiere decir que te vas a sentir así de genial porque puede ser que incluso teniendo tu vida llena de bendiciones, sientas que eres carente y que nada te hace feliz. Podemos incluso verlo al revés, en el caso de proyecciones positivas que crees que no se cumplieron cuando en realidad tú no fuiste capaz de verlas.

Al final te das cuenta que las proyecciones son un terreno acuoso que no te sirven de mucho si no haces hoy tu trabajo personal, de mirarte hoy, conocerte, descubrir qué es lo que quieres, conocer tus patrones emocionales, tus creencias limitantes y querer trabajarlas, saber cuáles son tus aspectos negados e integrarlos, siendo capaz de ver tu heridas y con profundo amor propio, comprometerte a amarte cada día más.

Todo esto te regala el hecho de que no se haya cumplido la predicción que recibiste en tu lectura de tarot.

Te regala la conciencia de que lo que es real es el presente, y es aquí y ahora cuando puedes detenerte y usar esa tirada de Tarot para que ilumine tu camino y te permita conocerte un poco más, identificar qué necesitas trabajar en ti hoy para progresar en tu crecimiento, y así hacerte responsable de lo que ocurra en tu vida, porque eso dependerá realmente de las elecciones que hagas hoy y de cómo reacciones a lo nuevo que traiga el mañana.

Y por supuesto, como te digo siempre, una lectura de tarot no te asegura que va a cambiar tu vida; sólo tú puedes hacerlo.

Con amor,

Francisca Jara

Tarotista profesional

3 comentarios en “La desilusión de la predicción del tarot”

Los comentarios están cerrados.